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Archive for mayo 2012

Tras algunos intentos por describir mis días en Cartagena de Indias (Colombia), me ví un poco enredado con mis propias palabras por contradecirme repetidamente.
El motivo: hay al menos dos zonas (las que ví) totalmente distintas dentro de esta ciudad con diferencias mucho mayores a sus similitudes, por lo que decidí dividir todo en 2 partes.

GETSEMANÍ

Llegamos a Cartagena por la noche, la madre de un amigo nos recomendó hospedarnos en el barrio Getsemaní y hacia allí nos dirigimos.
La falta de orden y cuidados estéticos en la calle y hogares; y el continuo murmullo de sus habitantes ante la previa de actividades de sábado a la noche me dio una sensación de inseguridad que se disipó rapidamente ya en los primeros metros recorridos por sus calles.

Antes de partir de Argentina leí un artículo en el diario que contaba todas las inseguridades de la ciudad y el peligro que es para los turistas e incluso para los locales adentrarse por algunas calles, por lo que debo admitir que mi sensación de inseguridad probablemente estaba aumentada por esta nota. Bien, esto no puede estar más lejos de lo que viví. 


El hostel donde paramos, con cocina, desayuno, y comodísimas hamacas paraguayas por menos de 20usd



Getsemaní es un tanto extraño, aquí se encuentran montones de visitantes y turistas low cost, una variada oferta de hostels y bares gastronómicos pero no vemos practicamente ningún extranjero por sus calles ni tiendas con paquetes turísticos ni paseos de compras, etc. Justamente el atractivo de este lugar es que conserva intacto sus características originales; durante el día la gente acerca sus reposeras a la vereda para combatir el calor mientras en los parques se ve gente jugando fútbol y softball.
Con construcciones de estilo colonial, edificios rasgados, pequeñas placitas y mucha música sonando desde las ventanas de los hogares, el paseo por este barrio es bien ameno incluso con la puntual llovizna de media hora que nos visita todos los días a las 9AM.

Al pasar encontramos algunas ventas de electrodomésticos, de artículos usados e incluso una especie de mercado, todo a tono con la autenticidad que emana de este barrio

El clima es caluroso y húmedo, haciendo un ambiente algo pesado para caminar por lo que todo paseo se ve cortado por la necesidad de un chapuzón; para llegar a la zona de playas y donde está habilitado el ingreso al mar nos faltan unos 2 o 3km, por lo que las caminatas por el barrio son siempre bien temprano o por la noche.


Tres de nuestros compañeros tenían en principio vacaciones por un mes más, pero con el ingreso de un nuevo Director en sus respectivos trabajos, se enroscaron un poco las reglas, y de un día al otro debieron regresar a Argentina cancelando el viaje por la mitad, cambiando sus vuelos (con los tremendos gastos que esto lleva) y generando un poco de angustia entre nosotros (en criollo, un embole) y a la vez resignación ya que en estos casos no queda otra más que regresar a la rutina a la espera de una nueva oportunidad para disfrutar del merecido descanso.

Cuando contamos esto a cualquiera de las personas con quienes compartimos en el viaje nos dan una respuesta contraria a lo que yo consideraba como sentido común, general de todos nosotros.
La gran mayoría, nos miran como si no entendieran que tuvieran que regresar, no comprenden que hubiera motivo con suficiente fuerza como para lograr que alguien interrumpa su viaje. "Y se volvieron?? Qué loco..." es la frase que suena ante nuestro relato con una mirada confusa que trata de entender una situación a la que no le encuentran sentido.

No hay duda (y acá me quedó bien claro) que el espíritu de los viajeros es bien distinto al resto de las personas.


En mi caso, una vez que terminé la secundaria comencé inmediatamente la universidad, trabajar, empezar a ver dónde me establecía y los todos los etcéteras corrientes que desde pequeños se instalan como modelos de vida.


Durante estos meses compartiendo con personas de todo el mundo, me encontré con situaciones bien diversas, lejos del estereotipo del trabajador de 8 horas diarias y con sólo 15 días de vacaciones al año.
Noté lo tremendamente acotada que estaba mi visión del mundo.
Hoy pienso de otra forma, no tanto como el  "Y se volvieron?? Qué loco..."; pero sí puedo decir que el convivir con pensamientos tan distintos a los que me rodearon toda la vida hicieron un click y seguramente cultivaron la semilla que ahora me lleva a recorrer el mundo sin mayores preocupaciones.



Por ahora el recorrido fue cumpliendo tal como estaba previsto, muy lindas las montañas, el salar, los centros históricos y las calles coloniales, pero para que tenga un verdadero sabor a relax, este viaje necesitaba (ya de manera urgente) algunas playas.

Y qué mejor lugar para alcanzar el verdadero climax que donde se consideró por mucho tiempo la meca de los mochileros en Sudamérica. Sí señores, llegamos a Montañita.



Dos opiniones rescatamos de quienes nos comentaban sobre Montañita:

- es el paraíso, totalmente tranquilo, relajado y con excelente ambiente nocturno para disfrutar en bares o en la playa.

- está bien, pero muuuuuy lleno de gente, demasiado ruido y movimiento le falta mucho en infraestructura a algunos lugares.


Debo decir, a manera bien personal, que mi conclusión se acerca mucho más a la primera y el lugar cumplió con las expectativas que ya tenía de miles de imágenes, videos y relatos vistos en internet.

La época de mayor movimiento corresponde (como en la mayoría de los lugares turísticos) a Enero-Marzo, con las vacaciones de los Sudamericanos y Agosto-Setiembre, con las vacaciones de los Europeos.

Yo fui en Mayo, por lo que estaba bien lejos de encontrar los montones de turistas merodeando que nos habían advertido.

Desde el primer paso fuera del bus ya se siente cierta atmósfera de falta de preocupaciones y tranquilidad acompañada por el sol brillando con fuerza,  clima caluroso en general, pero no agobiante como en las ciudades.

La gente local siempre está predispuesta a atendernos, el lugar es pequeño, tendrá unas 30 manzanas máximo y la mayoría son negocios u hostels preparados para recibir turistas todo el año.





Sobre las dos calles principales encontramos la mayor actividad tanto en el día, con restaurants y vendedores de ropa y artesanías; como en la noche con puestos ambulantes de cócktels, comida, bares y pubs.

A lo largo de toda la playa se extienden reposeras con sombrillas que se alquilan a 2usd por el día (no hay sombra natural, por lo que son una opción a tener en cuenta si te quedás muchos días).
Frente al mar, que por cierto se debe encontrar a no más de 10km del punto más lejano del pueblo, encontramos puestos de coctelería y pequeños bares (algunos incluso hacen de paradores) que acompañan con buena música los momentos en la arena.



Uno de los pilares de Montañita es el surf y se puede ver en cada rincón, además del montón de escuelas y negocios de alquiler y venta de tablas, todas las mañanas tanto locales como turistas marchan con sus tablas hacia las olas que, con más o menos altura, están presentes en la costa los 360 días del año.
Según dicen los que saben, éste es uno de los mejores lugares para aprender a surfear en el planeta y por supuesto no tardé en alquilar una tabla. Luego de toda una mañana de práctica, adquirí una destreza increíble y logré mantenerme unos 7 segundos semi-parado en la tabla aunque, como nos decía el profe: "paciencia y consistencia, eso es el surf".
Bien, montar una ola no es tan sencillo como lo muestran las películas, pero estar allí y sentir ese momento en el que el mar te lleva a su ritmo y la tabla fluye a compás con la corriente, como dirían los muchachos de mastercard, no tiene precio.




En los pocos días que estuvimos, adquirí una rutina poco más que envidiable: una pequeña caminata por el centro temprano (9AM), playa, mar, playa, mar, un poco más de mar y nuevamente al centro luego del atardecer cuando empieza el movimiento. 

A pesar de las numerosas opciones gastronómicas (para todos los gustos en variedades y precio) quedó en mi mente la ensalada de frutas que sirven en uno de los puestos, con combinación de frutas frescas y bien jugosas, yougurt, cereales y nutella era una tentación difícil de pasar por alto, sino miren:




Desayuno, almuerzo y merienda de cada día



Bueno, para finalizar esta entrada, los dejo con el sol que cada día actúa como el principal protagonista de todos los atardeceres.






La odisea comienza en la plaza de armas de Cuzco, además de las agencias de viajes “oficiales” (o por lo menos con oficinas a la vista), se encuentran varios vendedores deambulando por el centro, ofreciendo distintas variedades del mismo paquete. Por razones de tiempo y coste, decidimos realizar la visita by car, que incluye el traslado ida y vuelta desde Cuzco, con opciones de alojamiento y cena en Aguas Calientes y entrada a las ruinas. Agregando o quitando algunos ítems, el precio oscila entre los u$d80 y u$d120 siendo como siempre el precio más bajo si contratamos la menor cantidad de cosas posibles por agencias y luego buscamos todo por nuestra cuenta.

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Con la tarjeta internacional de estudiante ISIC CARD, 
tenés un 50% de descuento en la entrada al parque 
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La combi que nos trasladó desde la ciudad nos deja donde inicia el área protegida de Machu Pichu, allí su encuentran algunos puestos que venden comida, souvenirs y lo más importante: rompevientos impermeables. El sol y el cielo despejado me hicieron dudar seriamente de la necesidad de comprar uno, incluso con el guía insistiendo que llovería y finalmente lo compré (afortunadamente, pues “el que sabe sabe” y más tarde llovió).





Luego iniciamos una caminata de 2hs y media bordeando un río entre las montañas y vegetación semi-tropical. Si bien en un principio me pareció tediosa la idea de realizar semejante tramo a pie (más aún luego de unas 6hs viajando en una pequeña combi), el camino no tuvo desperdicio; además de buenos paisajes y un clima que acompaño (incluso con la lluvia que habían predicho), fue bien llevadero.
Pude descubrir y disfrutar otro atractivo que desconocía y recomiendo de Perú: sus verdes montañas (a decir verdad no estoy seguro si entran en la categoría precisa de montaña por su altura, pero digamos que lo son a los fines prácticos).

A medida que avanzamos se abren a nuestros costados algunos senderos tentadores, pero la premisa de que llegaremos de noche y sin luz al pueblo nos impide recorrerlos.
Ya en Aguas Calientes, compramos el ticket de entrada a Machu Pichu para el día siguiente y recorremos los alrededores, el lugar es acogedor, con muchas ofertas gastronómicas y algunos mercados de comida y artesanías.

Como no teníamos idea de cuánto nos íbamos a demorar en las ruinas y ante los consejos de nuestro querido guía que ya le había atinado a la premisa de la lluvia, decidimos estar al pie de la montaña ni bien abren el camino hacia la misma, a las 5AM. Luego debimos subir hasta la puerta de ingreso del parque para entrar finalmente 6:30AM.
Sí, leyeron bien, hay puerta de ingreso, también baños públicos, museo, restaurants y hasta gift shop, evidencia clara de que finalmente la globalización le llegaría incluso a los Incas.


Entre las paredes internas

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Es mejor ingresar al parque en las primeras horas, de esta forma se obtiene una mejor
impresión de la ciudad completa antes de ser invadida por montones de turistas
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Ya en la antigua ciudadela la vista de los alrededores es excelente, el lugar se encuentra conservado en perfectas condiciones con lo bueno y lo malo que conlleva: fue un poco extraño encontrarme con un trabajador de allí colocando con cemento algunas piedras flojas de “las ruinas”, esto le quitó el esplendor de conservación natural que había en mi mente para empezar a imaginarme máquinas de césped por todos lados manteniendo el pasto tan prolijamente cortado como lo veía. De hecho, según comentó alguno de los guías que escuché, sólo el 40% de lo que se observa se mantiene en el estado que se encontró, el resto fue reconstruido para recrear su aspecto original. En fin, éste debe ser el precio que se debe pagar para mantenernos fascinados a miles de turistas de todo el mundo.


Que vista no?

Aún no se sabe con exactitud el fin y la función que cumplían estas construcciones y fue muy interesante no sólo el conocer las distintas teorías, sino ver en directo algunos de los hallazgos en los que se basan las mismas y los diversos significados que le da cada rama de investigación a una misma construcción.

vista de lejos y de cerca de puente del Inca

En resumen la visita fue grata y me impresionó la dedicación que pone el gobierno peruano en su mantenimiento, pero me quedó un dejo de demasiado toqueteo contemporáneo que un poco opacó la imponente imagen del lugar.



Cuzco me enganchó antes de llegar a él, y es que allí se encuentra el lugar más alto para hacer bungee en América del Sur que, para los amantes de los deportes extremos no es un dato menor.

Llegamos un domingo temprano, la plaza central se veía vacía e impecable, el microcentro consta de calles y pasajes que conservan el estilo colonial (algunas construcciones se mantienen intactas) Entre sus ofertas encontramos regionales, muchísimos puestos de comida y por la noche montones de restaurantes, bares y pubs.




Un dato interesante para los viajeros: encontramos varios lugares donde ofrecían trabajo en gastronomía, en boliches y como puesteros ambulantes, no se qué tal el pago ni las posibilidades que da para ahorrar, pero en el hostel nos comentaron que allí muchos recargaban dinero para continuar el viaje.

Perú es conocido, entre otras cosas, por su gastronomía, y cumplió con creces en las dos ocasiones que pude degustar en restaurantes de categoría.
En el mercado central se puede comer por 1 o 2 u$d con postre incluido en algunos casos. En general tanto en Bolivia como en Perú se puede comer en los mercados re barato, pero OJO! sobran las personas que nos han comentado que alguno de su grupo no pudo hacer la excursión al Machu Pichu por estar mal del estómago (los cuidados bromatológicos obviamente no existen).
Afueras del mercado
plaza central


A unos 15 minutos en bus del centro se encuentra el parque de atracciones Action Valley (el chivo va gratis) donde entre otras cosas, se puede realizar un salto bungee a 100mts de altura (el más alto de América del Sur) y volar estilo hondera humana la misma altitud, no voy a intentar describir la sensación de esto último porque no creo encontrar palabras suficientes; si sos amante de la adrenalina como yo, no tengas dudas de que este es tu lugar.
Les dejo unos videos:













Uhuuuuuuuu!!!



El poco tiempo que estuvimos allí nos impidió llegar a conocer mucho de la ciudad y lo que vimos no hizo más que dejarnos con ganas de más. Luego de un par de semanas en pequeños poblados de Bolivia, la vida nocturna de Cuzco nos llama a gritos, pero debemos medir la billetera para continuar el viaje.

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